Sin embargo, no tendríamos nada que objetar, si no fuera porque la tubería que trae el agua del pueblo, circula en parte por el arroyo donde se vierten nuestras aguas fecales y el resto del recorrido queda al descubierto. ¡Será para que nos llegue ya calentita!
Se da triste la circunstancia añadida, de que hay un empalme “justo” en la zona que la tubería está en contacto directo con dichas aguas, con el consiguiente peligro de efecto succión cuando baja la presión.
Confiamos en que no se repita la contaminación del verano pasado y se extreme el cuidado en la cloración y en los análisis pertinentes
Ante estos hechos, hemos efectuado la correspondiente denuncia en la Delegación de Sanidad.
1 comentario:
¡¡Jorder!! ¡¡que asco!!
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