No sabíamos aún, que la ambición de los promotores y la tolerancia culpable del Ayuntamiento, iban a propiciar la sustitución de muchos de esos adosados por viviendas en altura de varios pisos lo que hizo que el desastre medioambiental fuera mucho mayor. La Nava estaba ya condenada a convertirse en un barrio masificado y con unos servicios que ya en su día calificamos de precarios.
Como era de esperar, la construcción comenzó por lo más rentable, los bloques en altura que son visibles a varios kilómetros a la redonda. ¡Que genios los que dijeron que no había impacto medioambiental negativo!
Nuestras críticas de entonces, fueron respondidas por promotores y Ayuntamiento con amenazas, insultos y el argumento de que esta barbaridad urbanística iba a redundar en servicios y ventajas económicas para el pueblo.
Bueno, pues han pasado 4 años y ¿Qué hemos ganado? : DESOLACIÓN
¿Y donde están los servicios y las ventajas? Los accesos ni siquiera se han comenzado a construir, el faraónico depósito de agua, no es sino un inmenso ataúd vacío, el abastecimiento de agua volverá a ser este verano tan precario como siempre, las obras de la depuradora tampoco se han iniciado y los niños siguen sin colegio.
Suponemos además que las arcas del Ayuntamiento estarán vacías, privadas de los pingües ingresos que esperaban obtener con las licencias de obras.
¿Y que va a pasar con los vecinos que tuvieran ya pagadas sus viviendas en La Nava?
¿Serán unos estafados más o reclamarán al Ayuntamiento su responsabilidad? ¿No nos tocará pagar entre todos los incumplimientos de unos y de otros como ya pasó en Sotolargo?
Y lo peor es que ya sólo nos queda esperar a que la situación económica mejore y los culpables de esta situación reanuden sus negocios, con absoluto desprecio hacía otros intereses que no sean los suyos, eso sí con la bendición de nuestras autoridades locales, que callan y otorgan en silencio.
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