miércoles, 1 de abril de 2009

APARTADO DE QUEJAS

(Sección abierta a las cartas de todos los lectores)

¿NOS HEMOS ACOSTUMBRADO?



No hace tanto la Nava era un espacio natural que permitía paseos agradables con niños y perros; que invitaba a hacer deporte y a relajarse, que alegraba la vista y el corazón. Pero tenía un defecto, no “servía” para nada, no generaba beneficios monetarios, los únicos beneficios que merecen consideración en este mundo material y consumista en el que estamos inmersos y del que, parece, muy pocos quieren salir. La Nava solo procuraba beneficios espirituales (que no cotizan en bolsa); procuraba esparcimiento y servía de hogar a una fauna diversa pero no era rentable, por lo tanto, carecía de “valor”.




Hoy la Nava ha dejado de ser un espacio natural, no invita a pasear (aunque se pudiera) por sus espectaculares avenidas asfaltadas flanqueadas por esqueletos de chalets adosados, no alegra ni la vista ni el corazón, pero lo que no ha cambiado es que sigue sin servir para nada, sigue sin generar beneficios ya sean monetarios o espirituales y no creo que haya muchos animales que hayan elegido vivir en ella. Es decir, nos han arrebatado un paisaje hermoso y sencillo y en su lugar nos han dejado una urbanización fantasma por la que únicamente se pasean los frustrados delirios de grandeza de ayuntamiento y promotores recordándonos día a día que la avaricia les rompió el saco, que nos quitaron lo que era de todos, que su camino no tenía trayecto de vuelta. Nos quitaron La Nava como nos hubieran quitado Cerro Largo y todo lo que se les hubiese puesto por delante; igual que, hace muchos años, hicieron con Sotolargo.


Parecería que ya no nos acordásemos de cómo era, cada día pasamos varias veces por delante de una valla cerrada que advierte de que es una propiedad privada con la misma aparente despreocupación con que antes, no hace tanto, pasábamos por delante de un terreno abierto por el que podíamos pasear sin necesidad de pedir permiso a nadie.

No sé ustedes pero yo no.

No me he acostumbrado, me duele cada día, desde el primer día la visión de una Nava usurpada, transformada, inutilizada, vallada, muda, para siempre desaparecida.

Y todo ¿para qué?, para absolutamente nada.

No pueden decir que era imprevisible, que nada hacía pensar, cuando se aprobó este POM que se repetiría la historia de Sotolargo.
No pueden decirlo porque nosotros nos cansamos de advertírselo, nosotros sí lo preveíamos y lo dijimos, esta asociación se dejó el alma por detener otro disparate… pero el disparate se hizo y ahí esta, para siempre irreversible
.





¿Quién sabe?, tal vez, algún día, llegaré a acostumbrarme.

María Puebla (miembro de CMAS)

No hay comentarios: